Este retiro se presenta como una valiosa contribución en el viaje hacia el autoconocimiento de los estudiantes de primer año, que están dando sus primeros pasos en la adolescencia. La piedra angular de esta experiencia es la reflexión profunda sobre la figura del «yo», abordada desde tres dimensiones fundamentales: la comprensión de quién soy, mi relación con lo divino y con los demás, desde una perspectiva fundamentada en la solidaridad.
Asimismo, se aborda de manera integral la importancia de la libertad y su aplicación en diversos contextos. Este retiro, con una duración de un día, brinda a los estudiantes la oportunidad de explorar estas dimensiones clave de sus vidas, guiados por docentes y animadores del colegio que estarán presentes durante todo el proceso.
Nos embarcamos en un viaje a los tiempos de Jesús para sumergirnos en un momento apasionante de su vida. Partiremos desde Jericó y nos encontraremos con Bartimeo, a quien Jesús devolverá la visión, desatando así una profunda reflexión sobre nuestros marginados contemporáneos y las cegueras que quizás albergamos en nuestras propias vidas. Este viaje nos invita a acercarnos más a Jesús y al prójimo, explorando las enseñanzas atemporales que emergen de estos encuentros transformadores. La duración de esta experiencia enriquecedora es de un día y medio.
En el tercer año, el propósito del retiro es que los jóvenes se descubran en su condición como «hijos de Dios», experimentando el profundo amor que Él les tiene. La narrativa central que guiará este proceso será la parábola del «Padre Misericordioso» (Lucas 15,11-32), revelando a un Dios que se manifiesta como Padre. La invitación para los jóvenes es sumergirse en la experiencia de retornar a la casa del padre y vivir el abrazo que allí les espera.
Este retiro se desarrolla siguiendo la lógica del triple encuentro: consigo mismos, con Dios y con los demás, a lo largo de dos días de duración. Es una oportunidad única para que los jóvenes exploren y fortalezcan su conexión con la divinidad, con sus propias identidades y con la comunidad que los rodea.
Este viaje de retiro de dos días y medio se inicia con la lectura de Lucas 24, 13-25, que narra el encuentro de los discípulos de Emaús con Jesús resucitado. La meta principal de este retiro es la preparación de los jóvenes para el sacramento de la Confirmación. Se busca cultivar un encuentro íntimo y personal con Dios para cada participante, a través de la identificación mutua en sus historias y trayectorias de vida.
En el centro de esta experiencia se encuentra la adhesión a la persona de Jesús: amar primero al Hombre para, en la maduración de la Fe, llegar a amar al Dios que se hizo Hombre. Esta actividad está cuidadosamente coordinada por el grupo Emaús, proporcionando un espacio significativo para el crecimiento espiritual y la conexión profunda con la fe.
Este retiro tiene como propósito guiar a los jóvenes en el descubrimiento de su vocación y proyecto de vida, explorando diversos aspectos que pueden influir en este proceso, como los sueños, los miedos, la elección profesional y la autoestima, entre otros. La meta es proporcionar un acompañamiento integral, ofreciendo herramientas que les permitan reflexionar sobre sus incertidumbres y aspiraciones, para que puedan esbozar una vocación propia y significativa.
Con una duración de un día y medio, durante este tiempo, los participantes contarán con la guía y el apoyo de animadores, referentes y asesores pastorales. El enfoque es facilitar un espacio reflexivo y enriquecedor que fomente el autodescubrimiento y la toma de decisiones informadas sobre su camino hacia el futuro.
Esta visita se lleva a cabo mensualmente, específicamente los sábados, y es una actividad opcional para los estudiantes. En grupos de hasta 15 participantes, acompañados por docentes e integrantes de la Unión de Familias, los chicos y chicas de primer año dedican medio día a compartir con las niñas del Hogar. Se organizan juegos y actividades en preparación para el día de la visita. El propósito fundamental de esta iniciativa es brindar a los jóvenes una primera experiencia solidaria, permitiéndoles encontrarse de manera significativa con los demás.
La salida solidaria de segundo año implica la visita, por curso, a una escuela rural en Capilla del Señor, abarcando toda una jornada, tanto en la mañana como en la tarde. Antes del día designado, los estudiantes se preparan elaborando talleres, dinámicas y juegos para compartir con los distintos cursos de la escuela a la que asistirán. Esta iniciativa tiene como objetivo brindar a los jóvenes otra experiencia de encuentro significativo con los demás, ofreciendo su tiempo y entusiasmo para crear un día especial. Estas salidas se destacan por su enfoque festivo y lúdico, y durante la visita, los estudiantes cuentan con la compañía de docentes del colegio.
Basándonos en la experiencia del año anterior, en tercer año se vuelve a presentar la oportunidad de participar en una salida solidaria. En esta ocasión, cada curso tiene la oportunidad de visitar una escuela rural en Cañuelas. La actividad abarca una jornada completa, tanto en la mañana como en la tarde, y durante este tiempo, los estudiantes son acompañados por docentes del colegio.
Para preparar esta enriquecedora jornada, los estudiantes se organizan en equipos y diseñan dinámicas y juegos para compartir con los chicos y chicas de la escuela rural. El propósito fundamental de esta iniciativa es continuar el crecimiento en la fe a través de experiencias solidarias, promoviendo encuentros auténticos y significativos con los demás.
Desde el cuarto año en adelante, los estudiantes tienen la oportunidad de sumergirse en una experiencia de misión solidaria que les brinda un contacto directo con una realidad distinta, enriqueciéndose a través de vivencias comunitarias compartidas. Esta iniciativa busca ampliar y profundizar las experiencias solidarias vividas en años anteriores, reviviendo el carisma misionero arraigado en la Congregación.
Previo al inicio de la misión, se lleva a cabo un período de preparación coordinado por los docentes y referentes designados, quienes luego acompañan durante toda la misión. En esta etapa, los estudiantes se encargan de organizar dinámicas, talleres, celebraciones, encuentros, juegos, fogones, y otras actividades que se desarrollarán en el lugar seleccionado. Las misiones, por su parte, tienen una duración de tres o cuatro días.
Continuando con el ciclo de misiones iniciado el año anterior, los estudiantes de quinto año regresan al mismo lugar donde llevaron a cabo su misión anterior. Al retornar, llevan consigo nuevas propuestas y se reencuentran con las personas con las que compartieron experiencias misioneras previas.
Durante estos días, los jóvenes participan activamente en diversas actividades, que incluyen visitas a familias, escuelas, misas comunitarias, encuentros con niños y jóvenes, kermeses y fogones comunitarios. El propósito central de estas actividades es continuar profundizando en el carisma misionero que caracteriza a nuestra Congregación.
El propósito fundamental del MAG es brindar a los jóvenes del colegio y a los exalumnos un espacio para compartir la experiencia de vivir con Cristo, quien nos llama a ser sus amigos, especialmente a través de la MISIÓN.
Todas estas actividades comparten la intención de acercarse a personas con las que de otra manera no tendríamos contacto, buscando dirigir nuestra mirada hacia el prójimo, a menudo indiferente para muchos, siguiendo el ejemplo de Jesús.
Todo esto se realiza en función de una actividad central: vivir anualmente la misión de verano en lugares del interior del país, que constituye una experiencia fundamental para muchos de nosotros.
Emaús representa un espacio de pertenencia donde la vida comunitaria es la protagonista. En este grupo, se forman comunidades que comparten no solo la vida, sino también la fe.
Desde Emaús, buscamos transmitir una fe en movimiento y en acción mediante diversas actividades. Entre las iniciativas que hemos llevado a cabo, destaca el acompañamiento a los jóvenes que se preparan para recibir el sacramento de Confirmación en 4º año. Estamos siempre abiertos a nuevos desafíos y caminos que se presenten.